Gran Casino de Basilea

El Gran Casino de Basilea es el lugar ideal para los jugadores aficionados o apasionados. Con una gran variedad de máquinas tragaperras, ya sea mecánicas o digitales, ¡el casino ofrece de todo para pasar un día o una tarde solo o con amigos!

Basilea: Gran Casino

Nuestros alojamientos en Basilea

Ubicado a tan solo 10 minutos en coche desde tu aparthotel, el Gran Casino de Basilea es el lugar de encuentro de los jugadores aficionados o apasionados.

Con sus 4 plantas, el Gran Casino de Basilea te mantendrá entretenido durante horas y horas. Con todas las instalaciones modernas, además de los juegos, también ofrece varias zonas de restauración y bar.

¿Buscas una experiencia VIP?

 

El Casino ofrece incluso un servicio de limusina para empezar la noche con glamour.

Máquinas y juegos tradicionales

 

El Gran Casino cuenta con todas las máquinas y juegos tradicionales. Sus máquinas tragaperras, tanto mecánicas como digitales, se han hecho famosas, ya que han hecho millonarias a 16 personas, entre ellas un ganador que ganó 5,5 millones de francos suizos. A partir de un céntimo de euro, ¡apuesta y quizás te hagas millonario!

Por otro lado, los juegos de mesa clásicos ya no guardarán ningún secreto para ti. Blackjack, ruleta, Texas Hold'em... Tanto si has jugado más veces como si eres un novato, el equipo estará a tu servicio para acompañarte. T

ambién hay otros juegos de casino disponibles en formato electrónico: la ruleta y el póquer. Las reglas son las mismas que para las versiones de mesa, con la diferencia de que en el póquer es la máquina la que distingue las combinaciones de cartas ganadoras.

Cena-espectáculo o un concierto

 

Para una cena-espectáculo o un concierto, disfruta de la magnífica sala de conciertos del Grand Casino. A lo largo de los años, más de 500 artistas de talla internacional han actuado ya en este escenario.

Para una escapada diurna o una velada glamurosa, solo, con amigos o con tu amante, el Gran Casino te ofrece la oportunidad de desafiar las leyes del azar y, quién sabe, ¡ganar la apuesta!