La Torre Eiffel de París

La Torre Eiffel

Todos nos apartamentos en Paris

Si hay un monumento que viene a la cabeza de todo el mundo, sea de donde sea, al hablar de París, este es, sin duda alguna, la Torre Eiffel. La Dama de hierro domina el horizonte de la capital francesa, a 324 m de altura, desde finales del siglo XIX. Construida con motivo de la exposición universal de 1889, en principio debería haberse desmantelado 20 años después. El hecho de que a Gustave Eiffel se le ocurriera la idea de llevar a cabo experimentos científicos hizo que la torre se convirtiera en un elemento indispensable. Pero los parisinos no hicieron migas con la torre de forma inmediata, ya que muchos pensaron que esta estructura de metal desnaturalizaba el carácter de la ciudad.

Poco a poco, la Torre Eiffel fue imponiéndose como el monumento imprescindible de París que es. Sus tres plantas ofrecen unas vistas excepcionales a las miradas absortas de los visitantes. Todo París se muestra ante los 7 milllones de turistas que, cada año, ascienden hasta lo alto por sus escaleras o en ascensor.

Visitar París y no ir a la Torre Eiffel es algo totalmente impensable a día de hoy. Además, también se puede comer o tomar algo en la torre. Orece diferentes opciones, desde un buffet hasta un restaurante grastronómico, pasando por una brasería. Con una vista fabulosa de los principales monumentos parisinos. En la Torre Eiffel se han celebrado numerosos eventos para aumentar aún más, si cabe, el atractivo del monumento para el público. Podemos verla desde el Sena, el Campo de Marte o cualquier lugar, no importa: la gran dama no deja nunca de deslumbrar se mire por donde se mire.

La Torre Eiffel, que fue un auténtico desafío tecnológico para la época y se construyó en 2 años y 2 meses, continúa siendo una bella estructura que ha sabido demostrar su carácter indispensable. Las numerosas antenas que alberga en su cima son un fiel reflejo de su papel de socio inseparable de los medios de comunicación modernos.

La Torre Eiffel es, ante todo, la imagen de Francia en el extranjero. Es el auténtico emblema de todo el saber hacer francés. No por algo continúa siendo el monumento de pago más visitado del mundo.